Dónde estamos

Pla de Na Tesa

El nombre «Pla de Na Tesa» lo encontramos escrito por primera vez en al año 1816, aunque se supone que es anterior a esta fecha.

El término «Pla» significa superficie sin elevaciones, y «Na Tesa» es el nombre femenino de una mujer que según la tradición deriva de una propietaria llamada Teresa, síncopa Tesa.

Las tierras que lo componen forman parte del término municipal de Marratxí, sujeto desde la reconquista a la Baronía de los Obispos de Barcelona.

En el año 1857, los principales dueños del lugar deciden (de acuerdo con el cura de Sant Marçal) comprar un solar entre los caminos de montaña y Son Alegre, y regalárselo al obispado. En este terreno, a principios de 1858, se coloca la primera piedra del templo, y se finalizará la obra el 27 de octubre de 1864.

En el año 1874 se realiza la sacristía en la parte izquierda del templo.

En el año 1889 empiezan las obras en el campanario, mezcla de neogótico-clásico, terminándose con la colocación de dos campanas, procedentes la pequeña de Barcelona y la mayor de Palma. Con la edificación del nuevo templo comienza un núcleo de población a agruparse a su alrededor en calles: primero la de Sant Llàtzer, en donde los señores de la Ciudad edificaron casas para su recreación. Después ya se construye la taberna de Ca’n Membre, Ca’n Vador, Son Ametler, Ca’s Garriger, Ca’n Curt, Ca’n Mas, Son Llebre…

 

Marratxí

La palabra procede del árabe y significa marroquí, natural de Marraquesh, antigua capital de Marruecos.

Marratxí está situado en la parte occidental de Mallorca, en la zona de contacto entre el «Raiguer» y el llano, entre Bunyola, Santa María del Cami y Palma.

Este municipio, con una extensión aproximada de 5400 hectáreas, tiene varios núcleos de población importantes, separados entre ellos, como son Pórtol, el núcleo poblacional más artesanal de Marratxí, con cerámicas, alfarerías y talleres de pirotecnia; Sa Cabaneta, situada en una suave colina, que contempla la belleza de la iglesia de Sant Marçal; Marratxinet en donde perdura la fisonomía del pueblo tradicional; el Pla de Na Tesa, que conserva un placido encanto y Pont d’Inca, que por contacto se convierte en ciudad.

Cabe destacar las «posesiones» de Son Macià, Son alegre, Son Veri, Son Salas y Son Sureda, las iglesias de Sant Marçal, Sant Alons y Sant Llàtzer, y el aeródromo de Son Bonet.

Actualmente este Municipio, mezcla el pasado con pinceladas de futuro, un futuro prometedor que viene determinado por las nuevas urbanizaciones que han surgido por el gran aumento demográfico de los últimos tiempos (Pont d’Inca Nou, Son Ramonell, Es Garrovers…)

 


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